María Corina: El sobreuso de la virtud política
María Corina, el sobreuso de la virtud en política.
Por: Víctor Maldonado C.
11/03/2025
Voy a comenzar estas reflexiones
abusando de Aristóteles. El concepto del "sobreuso de la virtud" no
es una idea explícita en la filosofía de Aristóteles. Sin embargo, en su obra Ética
a Nicómaco Aristóteles sostiene que la virtud es el término medio entre dos
extremos: el vicio del exceso y el vicio de la deficiencia. Yo sostengo, por
ejemplo, que persistencia no puede confundirse con terquedad, que en exceso que
hace perder el sentido común de cualquier apuesta política, y tampoco puede
transformarse en inconstancia, la falta absoluta de disciplina en el hacer. Es
el punto medio donde la prudencia y el carácter bien forjado pueden tomar
decisiones apropiadas. A veces no es fácil
conseguir el quicio apropiado.
El "sobreuso de la
virtud", es para mí el exceso en la intensidad con la que se quiere vivir,
lo que genera un efecto contraintuitivo e indeseado: un comportamiento que en
realidad no es virtuoso. Aristóteles afirmaría que la virtud verdadera siempre
debe mantenerse en equilibrio, sin excesos peligrosos ni faltas contumaces que
en lugar de provocar el propio bien conduce a la catástrofe.
Me viene a la mente el ejemplo de
Savonarola. Excesivo y a la vez desarmado provocó la condena de Maquiavelo:
Nada es más triste que un profeta desarmado, “que se hundió junto a su nuevo
orden, tan pronto como la multitud empezó a no creer en él; no tenía medios
para retener a los que habían creído en él ni para hacer creer a los
incrédulos”.
María Corina ¿La nueva
Savonarola?
Por razones de oficio he hecho un
seguimiento cercano a las declaraciones de María Corina Machado, sin dejar de
tomar en cuenta que lleva ya muchos meses bajo la condición de resguardo,
impedida de tener un contacto cotidiano y normal con la situación política del
país. Por lo que uno puede apreciar ella ha estado hablando solo con los suyos
y concediendo entrevistas entre sus más leales seguidores. Es notable la
concesión rutinaria de entrevistas “controladas” con preguntas que le permiten
lucirse y organizar un mensaje sin contradicciones ni fallas. Esto debiera
preocuparnos porque la realidad no luce así.
Lo que ella vive es una
circunstancia que necesariamente debe afectar su capacidad de análisis “en
tiempo real” y la coloca a merced del “síndrome del pensamiento grupal” que
provoca los temibles sesgos de confirmación. Me explico, hablar con los mismos,
que siempre son los leales, habiendo hecho limpieza de los disidentes, coloca
al líder en la difícil situación de vivir su versión más complaciente de la
realidad. Donde las opiniones se categorizan entre “las que cuadran conmigo” y
“las que no cuadran conmigo” y, las personas son divididas entre los buenos que
me son leales y el resto. Creo que podemos coincidir que así se pierde
capacidad para dimensionar al país y, sobre todo, se bloquea cualquier
necesidad de rectificación. Por eso, la consigna “hasta el final”, llevada al
exceso, puede llegar a ser suicida.
¿Cuáles son los temas clave en el discurso actual de
María Corina Machado?
1.
Esperanza y resiliencia en la lucha política:
María Corina destaca que la esperanza es esencial para ganar una guerra
política, en la que el régimen chavista juega una fuerte batalla psicológica.
Señala que la desmoralización es uno de los objetivos del chavismo para que la
oposición pierda fuerza.
Esta posición
quiere aportarle sentido a la estrategia de resistencia emocional y
psicológica, que busca mantener la cohesión desde el vigor ideológico, pero que
olvida un detalle crucial: No se puede decir que se está ganando una guerra
cuando se están perdiendo la mayor parte de las batallas. A la esperanza le
falta capacidad de acción, metas intermedias y sobre todo, medios para
llevarlas a cabo.
Por otra parte,
desde este primer argumento marco, ya comienza a plantearse una falsa dicotomía
entre el flanco de la esperanza y el flanco de la desmoralización. Al parecer es un delito no confiar en ella,
dudar de su actual posición y capacidades. Es ilusoria porque plantea que la causa raíz
del desaliento y del pesimismo social es parte de la ingeniería social que
intenta el ecosistema criminal y no es, en parte, el resultado del fracaso
estratégico en el que ha incurrido la oposición liderada por ella.
El mejor
alimento de la esperanza es una hoja de ruta que pueda presentar claros
avances. Pero no, estamos perdidos en las fauces de una consigna que no se
quiere operacionalizar. Hoy por hoy ¿Qué es “hasta el final”?
El gran error
de María Corina Machado ha sido fundamentar la esperanza en el logro de una
meta que siempre estuvo mal concebida, y por la que perdieron sentido de
realidad. Tal vez hubiese sido más apropiado fundar la esperanza social en el
mantenimiento de una ruta que, en el largo plazo, pudiera permitir la toma del
poder, con control de daños colaterales y un manejo mas razonable de la
frustración social. Vamos a estar claros, lo que se ofreció no se pudo cumplir.
¿Y ahora qué?
2.
Los perdedores van a seguir acumulando
pérdidas. En una de las últimas entrevistas María Corina llega a decir: Sé
perfectamente que cada día de espera se traduce en venezolanos arruinados, en
presos políticos torturados, en familias separadas y en niños que sufren un
daño irreparable en su cuerpo y en su mente. Entonces, conozco la premura que
tienen todos, la vivo y la lloro en mi alma; también comparto el dolor, la
rabia y la indignación, pero eso no nos puede paralizar, porque es lo que ellos
quieren. Debemos hacer lo contrario y obligarnos a avanzar, a fortalecer
aquellas áreas en las cuales necesitamos complementar nuestra fuerza. Y en eso
estamos trabajando día y noche, dentro y fuera de Venezuela.
Esta
declaración de principios que parece la reelaboración contingente de la
consigna “hasta el final” nos revela que tiene conciencia de los costos
sociales que se han acumulado, pero eso no parece obligarla a reconocer el
sinsentido de seguir por una ruta en lo que lo único que parece seguro es que
se van a seguir acumulando costos. Los llamados a avanzar y a fortalecer los
flancos débiles no tienen correspondencia con la realidad, a menos que se
refiera al incremento de la presión internacional y a la renovación de las
sanciones internacionales dirigidas a desmadrar la economía nacional. De ser
así, le van a faltar lágrimas para lamentar la ruina y los costos sociales que
están por venir, sobre todo en los grupos más vulnerables.
3.
Revocatoria de la licencia a Chevron y su
escaso impacto social y económico: Hay un debate muy intenso sobre los
costos económicos y ganancias políticas de una medida como esa. María Corina y
su equipo tratan de mostrar que el posible impacto sobre el bienestar de la
gente es irrelevante y solamente se va a notar en el largo plazo: “Sé que
algunos dicen que la situación económica se va a poner horrible, pero es que ya
lo es”. Que ya lo sea no significa que no pueda ser peor. Pero de eso
no quiere hablar. No quiere reflexionar sobre una pobreza más atroz y lo que
puede significar en términos de destrucción de clases medias. Y lo más
reprobable es que no llego a notar una genuina reflexión moral sobre los costos
que los ciudadanos estamos asumiendo.
¿Qué hace
entonces? Dice que las críticas que
se le dirigen vienen especialmente de actores que se benefician de contratos
con el régimen. Señala que las sanciones, aunque dolorosas, son necesarias para
aislar económicamente al gobierno de Maduro y frenar su poder. Pide que los
venezolanos “pongan su parte de sacrificio”. Y de nuevo polariza a la sociedad
con falsas antinomias: “Aquí hubo más de dos años sin sanciones, ¿fueron dos
años maravillosos? ¿La gente vivió bien? No, por supuesto que no. Aquí la gran
pregunta es ¿quiénes se beneficiaron de estos miles de millones de dólares que
entraron en todo ese tiempo? Miren, pregúntense qué hay detrás de quienes están
defendiendo esos arreglos opacos, ¿por qué lo harán? Yo no me chupo el dedo
después de las cosas que he visto y que se han descubierto. Hay gente
recorriendo el mundo lavándole la cara a Maduro. Eso es inaceptable, porque una
cosa es que te canses, te rindas o tengas miedo; y otra muy distinta es
convertirte en un agente de la tiranía y buscar darle sostenibilidad”.
María
Corina quiere plantear una confrontación entre intereses económicos y valores
democráticos, donde se prioriza la lucha contra la corrupción y el
autoritarismo, aunque sea con el costo de agravar las condiciones económicas de
los grupos más vulnerables del país. Con esto se plantea una idea tenebrosa que
no necesariamente da resultado: La condición de vida del venezolano es el campo
de batalla donde María Corina Machado quiere plantear la lucha con el chavismo.
Porque toda sanción tiene “efectos de sistema”. ¿Vamos a jugar a que estos
efectos quiebren la vigencia del régimen? ¿En cuanto tiempo? Insisto de nuevo,
¿cuál es la cuantificación de los costos? Es un debate que se tiene que abrir
sin la condescendencia que se aprecia en las entrevistas donde no hay
repreguntas y nadie interesado en ir un poco más allá para perfilar más
cabalmente la situación.
4.
Desconfianza en la oposición interna y la
estrategia del régimen: María Corina Machado hace una clara diferenciación
entre la oposición que, según ella, sigue luchando por los ideales democráticos
y aquellos que, bajo la apariencia de opositores, sirven al régimen. Este
análisis tiene implicaciones estratégicas dentro del seno de la oposición
venezolana, al señalar la necesidad de depurar a aquellos que no comparten la
lucha genuina por la libertad.
Sin embargo,
fue ella la que violó el mandato implícito que sus votantes le dieron en
Octubre del 2023. Fue ella la que recogió a los lateros de la política para
abrazarse con ellos. Ella la que reivindicó a todo el elenco del fracaso. Y la
que convalidó a la jauría de opositores que viven fuera del país con un boato
inexplicable desde el punto de vista de sus ingresos. Si bien es cierto que hay
matices entre los diferentes roles desempeñados por la opolaboración,
también lo es que en esas mismas aguas ella se mojó los pies.
5.
Proyección económica de Venezuela: A
pesar de la crisis, María Corina Machado es optimista sobre las potencialidades
económicas del país, especialmente en sectores como el petróleo, minería,
turismo y telecomunicaciones. A nivel estratégico, esta postura busca
consolidar apoyo externo y fomentar una visión de recuperación económica
post-Maduro, pero también resalta la contradicción inherente a la situación: En
primer lugar, el potencial económico del país está siendo destruido
sistemáticamente. En segundo lugar, la infausta experiencia de Monómeros
y en general, la actuación impresentable del interinato, demuestran que la
alternativa en la que ella se apoya es voraz y saqueadora. Alternativa que ella
respalda, posiciona y abraza. En tercer lugar, ella no concibe la dureza
de la transición sino un estadio paradisíaco que se va a lograr de un día para
otro.
El problema de
fondo es la persistencia en la oferta fraudulenta, que es sistemática. Y la
desconexión con la verdad y la falta de sentido de realidad que uno nota.
6.
El viejo falso dilema entre abstenerse o
participar: Machado defiende su postura ante aquellos que buscan participar
en elecciones regionales organizadas por el régimen. Considera que participar
ahora sería un error estratégico, pues equivaldría a legitimar la farsa
electoral del chavismo. Ahora sí, pero hace escasos meses, con la misma trama
institucional si era posible.
Esta
crítica hecha a muchos de sus viejos compañeros de lucha refleja un manejo de
la incoherencia que necesariamente tiene que afectar el logro del objetivo
final. Antes, prestarse a la trama. Ahora negar la misma trama. Antes la
negociación implícita, ahora el rechazo a cualquier tipo de arreglo con el
régimen. Quiero hacer notar que estas idas y venidas encierran una fatal
contradicción en términos de principios y precedentes.
Los argumentos
contrarios a los que ahora esgrimen fueron invocados en el 2023 y 2024. María
Corina Machado hablaba de victorias electorales, de despejar la ruta, de abrir
los brazos a todos, incluidos los partidos políticos. Y de una transición
ordenada y sostenible. Esos argumentos ahora son impugnados. ¿Dónde estuvo el
error? ¿Antes, cuando se apostó a la conducta democrática del régimen, o ahora,
cuando se vuelve a desconfiar? Por cierto, ni antes ni ahora es suficiente
aclarar que “ella no se chupa el dedo”.
Para mí está
claro que el resultado es la fatal alternancia entre participación-abstención
en la que el país lleva mas de un cuarto de siglo. Y que yo en lo personal he
impugnado porque representa el bamboleo alrededor de una agenda política ajena,
que es la que lidera el régimen.
7.
Desafíos y represión interna: La
represión constante por parte del régimen ha llevado a Machado y su partido,
Vente Venezuela, a operar en la clandestinidad. En sus últimas entrevistas
revela la complejidad de actuar en un entorno de hostilidad extrema, donde los
opositores son perseguidos y encarcelados. A pesar de esto, Machado se muestra
firme en su determinación, apostando por la organización interna y la
resistencia estratégica.
Hemos dicho más
de una vez que no se puede negar la realidad. Efectivamente hay una abultada
nómina de presos políticos y perseguidos por la causa del 28J. El equipo
político de la organización de María Corina ha sido diezmado. Y ella misma no
puede movilizarse con libertad.
Ahora bien, se
notan los rendimientos decrecientes y la falta de tracción política. En pocos
meses el resguardo y los fracasos continuados en la movilización han vaciado la
capacidad de intentar alguna respuesta a la hegemonía de la fuerza y de los
hechos cumplidos.
El
testimonialismo de la irrelevancia comienza a ser un vicio y deja de ser una
señal de resistencia. No se puede hacer política de impacto concediendo
entrevistas complacientes, “dorando la píldora”, edulcorando la realidad,
forzando la empatía y esperando una nueva repartición de costos con una
sociedad agotada y arruinada, que no se muestra tan dispuesta, entre otras
cosas, porque esos costos nunca formaron parte de la oferta inicial. Esta es la
lógica del callejón sin salida.
María Corina ha
dicho varias veces que los que disienten de su posición son “perdedores
radicales”. Esta categoría se la debemos a Hans Magnus Enzensberger que
definió así a la derrota cuando es vivida por algunos sujetos en forma de
herida narcisista, como situación insufriblemente injusta, hasta llegar a
convertirse en rabia asesina y destructiva. Como diría Freud, vivir con
instinto de muerte. ¿Eso es lo que cree María Corina de quienes tienen
diferencias políticas con ella? ¿Que sus adversarios sufren de esa patología?
Me parece que debería rectificar esa posición.
¿Y si nos asomamos a la realidad, qué vemos?
· La intransigencia es un vicio que se aleja de
la práctica de la virtud. La rigidez puede convertirla en su propia rehén
porque limita seriamente la valoración que puede hacer de sus actuales
posibilidades. Lo que a primera vista puede lucir admirable, es en realidad una
trampa.
· La diplomacia internacional no gira alrededor
del caso venezolano. Competimos con otros conflictos y otros intereses.
Esto afecta no solo la atención en el caso sino los tiempos de resolución.
María Corina apuesta a la inminencia de una solución, pero lo que
verdaderamente puede ocurrir es que el tiempo le juegue en contra.
·
La contradicción de la "esperanza"
y el "desgaste": Si bien la llamada a mantener la esperanza y la
unidad es clave para la moral de la oposición, la estrategia política de María
Corina Machado enfrenta el desafío de que la desesperanza puede crecer con la
prolongación del conflicto. La promesa de un futuro mejor es efectiva, pero
depende enormemente de factores externos como el apoyo internacional y el
debilitamiento interno del régimen. De no alcanzarse cambios significativos en
el corto plazo, la oposición podría enfrentar dificultades para sostener el respaldo
popular.
· La confrontación con el régimen: A pesar
de que ellos dicen que “vamos a tener que tragar grueso” el insistir en que Maduro
es el único responsable de las sanciones y de la crisis económica subraya la
línea dura contra el régimen dificultando la creación de oportunidades para soluciones
pragmáticas que permitan la libertad de los presos políticos, el salvoconducto
a los asilados en la Embajada de Argentina, y en otro nivel, que integren a los
sectores más moderados de la oposición y de la comunidad internacional. La
pregunta que yo me hago es si este es el momento más oportuno para la
intransigencia.
Yo quiero finalizar reiterando
que deseo para María Corina Machado vida y libertad. También para los suyos.
Eso requiere de un estado de ánimo que permita reconocer el duro momento que
todos estamos experimentando. Los que creemos en el largo plazo asumimos que
nada se acaba en una jugada que se pierde. Habrá otras tal vez más auspiciosas.
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